Parentesco, género y modo de producción en la China Post-Mao: variaciones en dos aldeas del Norte. Hua Han

1. ¿Cuál es la pregunta básica que inspira este texto?

Hua Han se pregunta si la transformación de la economía rural desde un modo colectivo a un sistema de responsabilidad basado en la unidad doméstica ha mejorado o ha deteriorado la igualdad de género en la China rural.

Para responder a esta cuestión explorará las variantes que se producen en las pautas de parentesco utilizando “el modo de producción” al igual que Maurice Bloch (1975). Maurice Bloch es un antropólogo británico nacido en Francia que tiene grandes influencias de las ideas de los marxistas franceses y fue un innovador relacionando la antropología social a la lingüística y a la psicología cognitiva.

Por otro lado, Hua Han utilizará los conceptos de modo de producción pequeño-capitalista (MPPC) y modo de producción tributario (MPT), desarrollados por la profesora emérita de la Universidad de Stanford en USA, Hill Gates, para estudiar la relación del parentesco y el género con los modos de producción.

Hua Han arguye que los modos de producción afectan al género no solo porque establecen los roles de las mujeres en la producción, sino también por la relación que guardan con el parentesco. Si bien, antropólogas feministas-marxistas como Eleanor Leacock y Karen Sacks solo han estudiado la desigualdad de género examinando los roles de mujeres y hombres en relación a los modos de producción.

2. ¿Qué estrategia y métodos de investigación se utilizan para dar respuesta a la pregunta planteada?

La autora crea un marco estructurado de orientación marxista para encuadrar su estudio, utilizando las herramientas teóricas antes comentadas. Utiliza el método comparativo, eligiendo dos lugares diferentes como objeto de estudio y en dos momentos diferentes.

Si bien no indica algunas veces de donde saca los datos para crear su descripción, da a entender que viaja al lugar de estudio, en dos momentos diferentes en el tiempo, habla con informantes, crea cuestionarios para utilizarlos en entrevistas y utiliza el aparato del gobierno local para conseguir información y ayuda. Para completar el trabajo, inserta historias de vida como la del matrimonio de Xiu.

3. En su opinión, ¿se ordenan en el texto rangos causales? ¿Hay causas para los fenómenos más importantes unas que otras? Razone la respuesta con arreglo a lo escrito en el artículo.

Es difícil ordenar las causas en rangos y determinar si unos son más importantes que otros.

El carácter dialéctico que toman los dos modos de producción y su articulación con género y parentesco lleva a la autora a decir que “es muy difícil generalizar respecto a en qué aldea son más iguales las mujeres y hombres”.

En mi opinión, el parentesco podría ser la causa más importante de las diferencias de género en el estudio, ya que trasciende los dos sistemas económicos estudiados, el tributario y el pequeño-capitalista. La autora afirma que en los dos casos, el parentesco es de tipo tributario, arraigado en la tradición, aunque en el modo pequeño-capitalista es más relajado. Por ejemplo, en Nanyi, donde predomina el modo tributario, son más rígidos con la política del hijo único.

En otro nivel, quizás más bajo en importancia, se encuentran los roles de género según los modos de producción. Parecen más determinantes en el sistema pequeño-capitalista donde las mujeres se convierten en mercancías. En Nanyi, subsisten más rígidamente las normas del partido comunista que equiparan a hombres y mujeres, aunque algunas veces, la realidad es bien distinta.

4. ¿Cómo se da razón en el artículo a las distintas percepciones de la política china de “un solo hijo”?

En la aldea de Nanyi, donde predomina el modo tributario de producción, las relaciones entre la oficina de control de natalidad y las mujeres son muy distantes, menos familiares y más colectivas y oficiales. En Nanyi limitar a las mujeres tener solo un hijo se hace difícil y llevan un control estricto de la reproducción.

En Baifu, la aldea donde predomina el modo de producción pequeño-capitalista, el control no es nada férreo, ya que son las mujeres por sí mismas las encargadas de controlar la fertilidad. Además, piensan que criar hijos es inútil y una pérdida de tiempo. A esta aptitud, ayuda que la funcionaria de control de natalidad es contable en la granja donde se realiza el estudio. Aquí las relaciones de producción están influidas por profundos sentimientos de parentesco. La distancia entre funcionaria y resto de trabajadoras es muy cercana y desaparece la hostilidad que se apreciaba en el primer caso.

La autora, de todas formas, sentencia que tanto en una aldea como en la otra “la disminución de fertilidad de las mujeres a raíz de la política del hijo único por familia reduce la doble carga de las mujeres, aumentando así sus oportunidades económicas y educativas”

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