El trabajo etnográfico puede tomar diversos rumbos dependiendo del enfoque teórico del etnógrafo y la metodología que utilice. Diferentes enfoques y métodos pueden derivar en trabajos tan disímiles que un neófito le costará discernir si los objetos de estudio o los marcos temporales, son los mismos.
Para ejemplarizar este hecho voy a referirme a dos trabajos etnográficos muy diferentes y que nos servirán para desarrollar un ejercicio de intercambio de objetos entre dos epistemologías y metodologías dispares. La reflexividad es una tarea de gran importancia en la Antropología que intenta superar los sesgos que de una u otra forma aqueja al trabajo etnográfico.
Los trabajos elegidos son “Gumlao y Gumsa” de Edmunt Leach, donde el autor estudia los sistemas políticos de los kachin en Birmania, sus diferencias y dinámicas y “La ley en una tierra sin ley. Diario de Limpieza” de Michael Taussig que trata la relación de la violencia y el poder en Colombia.
Leach se nutre del estructuralismo levistraussiano y añade un enfoque dinámico al rígido modelo estructural-funcionalista. Este último, concebiría a los distintos grupos dispersos en campo como tipos “ideales”. Idea que no satisface a Leach.
Si Edmund Leach tuviera que realizar un estudio de la sociedad colombiana del valle del Cauca, añadiría un toque dinámico, nos encontraríamos con diferentes grupos como tipos “polares” dentro de un sistema dinámico de cambio constante: los paramilitares, el estado-nación, la guerrilla, las pandillas y los sufridos ciudadanos. Los paramilitares y la guerrilla los clasificaría como estructuras políticas jerárquicas, con un sistema tributario que los nutre de recursos económicos, además del monopolio del uso de la fuerza. El Estado-Nación como organización política altamente burocratizada, legitimada por leyes y por la amenaza del ejército y que drena los recursos a través de los impuestos y de las empresas públicas. Las pandillas como organizaciones anárquicas que luchan por su propia existencia entre tanta violencia. Elementos altamente móviles que cambiarían de bando según convenga. Los ciudadanos son simplemente pacientes de este entorno violento. Si fueran vistos como tipos “ideales”, estos tendrían sus gramáticas particulares, sus propias visiones del mundo, pero la realidad es mucha más compleja, todos operan como variables dentro del mismo sistema en un constante intercambio cultural. El estado, a través de la policía y el ejército sostiene a los paramilitares con todo tipo de recursos. Los ciudadanos los apoyan como medida ad hoc para no convertirse ellos mismos en víctimas, a la vez que los utilizan para defenderse de las pandillas. Hoy se es pandillero y mañana ciudadano de pleno derecho. Hoy apoyamos a la guerrilla, que ha invadido el territorio y mañana a los paramilitares, que reconquistan nuevamente el territorio perdido.
El mundo gumlao-gumsa visto por Taussig sería una suerte de pueblos tocados por el colonialismo donde, según las circunstancias, sus sociedades tendrían un sistema gumlao a uno gumsa. El contacto con el mundo occidental en su versión colonial, convertiría a los primitivos igualitarios gumlao en jerárquicas sociedades gumsa entretejidas con el poder colonial. Taussig buscaría los símbolos, las metáforas que describen a las dos sociedades. Un método interpretativo para derivar estos significados a categorías analíticas basadas en estructuras materiales. El poder colonial y el capitalismo, estarían inscritos en los discursos y las prácticas gumlao-gumsa. Los estados intermedios, esas anomalías que aparecen en las sociedades en pleno cambio, los hallaría conflictivos. Esta última apreciación, la descubre Taussig en su estudio sobre los proletarios neófitos en las minas bolivianas (Taussig 1993). Sin duda, los gumlao rebeldes serían una gran fuente de inspiración para el autor. Utilizaría su concepto de “limpieza” como una suerte de maquinaria que sacaría a los gumlao de su “atraso” y los convertiría en unos respetables gumsa domesticados. La violencia, sería más visible en el cambio social, no en cuerpos torturados como en el caso colombiano, pero al fin y al cabo, violencia. Una violencia simbólica que constriñe a los pueblos y que puede rastrearse en los cambios en la estructura social o en las creencias.
Si nos detenemos en los métodos de la epistemología, nos percataremos de las dificultades a las cuales deberán enfrentarse nuestros etnógrafos para lidiar con objetos de estudios tan disímiles de los originariamente previstos.
Leach basa su trabajo básicamente en informaciones drenadas de otras etnografías, documentos coloniales y mitos. Un trabajo de tipo histórico que no cuenta con trabajo de campo. Si bien Leach estuvo entre los kachin, no aparece representado en este texto.
Como premisa para dar consistencia a su posterior disertación, Leach arguye que existen en otras sociedades, como las occidentales, grupos en oposición como tipos “polares”, variables dentro del un mismo sistema dinámico. Al comparar e igualar los sistemas políticos gumlao-gumsa con los occidentales, no hace otra cosa que universalizar las gramáticas culturales al más puro estilo estructuralista. En el caso colombiano, estos tipos “polares” serían el Estado, la guerrilla, los paramilitares, los pandilleros y los ciudadanos. En un esfuerzo descriptivo nos detallará los aspectos políticos de cada grupo.
La influencia del enfoque teórico en la producción de datos, aparece en el caso de Leach, en su empecinamiento en encontrar entre sus fuentes de información, los datos que avalen sus premisas. Analizaría documentos del estado colombiano, digamos datos “oficiales” y relatos provenientes de diferentes fuentes sobre el conflicto. Su objetivo sería encajarlos en su planteamiento teórico y marco conceptual como consigue en su estudio de los kachin. En este último, con los datos recopilados, Leach descubre la oscilación cronológica entre los dos sistemas políticos gumlao y gumsa. Algunos de los aspectos que le llevan a esta conclusión son la terminología de parentesco, las reglas matrimoniales, el estudio de los mitos y las informaciones de otros etnógrafos.
El estructuralismo levistrussiano siempre ha sido una fuente de inspiración de Leach. La concepción levistrussiana de la violencia le podría servir como punto de partida. En palabras de Girard (1973: 253): «Lévi-Strauss siempre concibe la producción del sentido como un problema puramente lógico, una mediación simbólica. El juego de la violencia sigue disimulado. No es únicamente para evocar el aspecto afectivo del mito, su terror y su misterio, que hay que recuperar este juego, sino también porque desempeña el primer papel bajo todos los aspectos, incluso los de la lógica y de las significaciones».
Leach, después del análisis concienzudo de los datos, observará las incongruencias entre unas versiones y otras a la vez que le aportan la suficiente información como para lanzar una teoría. Las estructuras sociales y las relaciones políticas que se diseminan en el valle del Cauca, no son discretas, están en continuo cambio. Buscaría y analizaría diferentes etnografías y artículos de otros autores para apoyar con datos sus propuestas como los de Francisco Gutiérrez (1998), o Alejandro Castillejo (2000). Estos dos trabajos han desarrollado el problema de la violencia y la guerra en Colombia desde una visión muy pegada al terreno, elemento esencial para su comprensión. La entrevista a desplazados, paramilitares y guerrilleros aportará los datos más fiables para la comprensión de la violencia en Colombia.
Esta carencia en el método de Leach, me refiero al trabajo de campo, le impediría co-optar la información que le llevaría de escenario en escenario como ocurre en el caso de Taussig. Paradójicamente, Leach se queja y culpa a la falta de material etnográfico el no poder llevar conclusiones a otras zonas en el estudio de los kachin. En el caso colombiano, esta falta de información etnográfica, posiblemente la podría achacar al azote de la violencia y al difícil acceso a las zonas de conflicto.
Taussig realizaría un estudio diacrónico, su viaje hacia Birmania sería el último de muchos otros. En este, llevaría todo una batería de herramientas metodológicas. Combinará las entradas de diario, las entrevistas, los párrafos de ficción o notas de periódico para ir describiendo y analizando todo lo que ocurre en campo. El resultado es una suerte de Collage informativo que tratará de unir en un relato coherente. Esta maraña de estructuras de significación interpretativamente contingentes, son las que proporcionarán los datos empíricos que tendrá que encajar en su planteamiento teórico y marco conceptual, a saber, que existen estructuras materiales de orden superior que constriñen a los sujetos y que en su estudio del valle del Cauca se refieren a las organizaciones de carácter estatal y supranacional que apoyan a los militares, paramilitares y la guerrilla. Una suerte de producción simbólica de la vida cotidiana que hace emerger las estructuras que subyacen al conflicto. En su pesquisa, un lugar le llevaría a otro, se irían creando conexiones con otros eventos registrados anteriormente emergiendo nuevos significados, inesperados. Estoy seguro que hablaría con funcionarios del gobierno o con jefes gumsa. Ayudado por sus contactos logrará infiltrase en las zonas peligrosas de los rebeldes gumlao para descubrir finalmente que solo se trataba de pacíficas aldeas con idílicas sociedades igualitarias y democráticas. Algo totalmente alejado de las representaciones que le llevaron allí y que aparecen en los papeles del gobierno y en los medios de comunicación. Amante de utilizar conceptos de otros autores, Taussig, evocaría el concepto de Engels (Marx y Engels 1996) de que el Estado es un instrumento de opresión de una clase sobre otra, y así describir como el poder colonial ha beneficiado a los gumsa en detrimento de los gumlao.
Edmund Leach, en ningún momento aparece en campo e inferir el dinamismo cultural únicamente desde un sillón no parece la mejor metodología, aunque eso sí, en un entorno tan violento le protegería de algún susto. Debido a la ley del silencio, la violencia es un proceso a veces invisible fuera del sistema en el cual se desarrolla. El análisis de documentos es su única estrategia para descubrir las gramáticas de cada grupo y las dinámicas en las cuales están inmersos. Leach se queja de la falta de estudios al respecto en todo el territorio y acaba trabajando en su despacho con materiales ajenos. Desde su sillón, todo le cuadra.
Interpretar la cultura y localizar las estructuras que constriñen a los sujetos requiere de gran cantidad de información disímil y sobre todo interactuar con los agentes. Taussig lo sabe, y los datos que produce surgen de esta interacción. Las nuevas informaciones que irán apareciendo son esenciales para proseguir en su frenético deambular por las aldeas katchin. No parece que a Taussig le guste llevar una agenda clara, un lugar le sugiere otro donde nuevas historias construyen su etnografía. La trama va tejiéndose en el mismo viaje.
A pesar de esta falta de contacto con el campo y a través de la evidencia que le mostrarían los datos aportados por otros colegas en forma de trabajos etnográficos o documentos gubernamentales, Leach concluirá que los grupos presentes en el valle del Cauca están en constante transformación. Sus estructuras son inestables. La violencia estructural y anárquica que aparece en campo, no la vería como el conflicto permanente entre dominantes y dominados como apuntaría Taussig, solo sería etapas pasajeras que tienden modificarse. La oscilación entre grupos no es algo automático, la violencia sería el atractor principal del cambio.
Taussig encontrará entre los kathin una historia mil veces repetida. Como el colonialismo quita el poder a unos para dárselo a otros en términos de eficiencia y racionalidad para el control de la población y los recursos. La estructura jerárquica con un jefe legítimo, se adapta mejor a la propia estructura política del invasor. Los gumlao serían vistos como los elementos anómalos que habría que combatir. Los gumsa les harían el trabajo de cobrar impuestos, mantener el orden o gestionar los procesos extractivos, entre otras atribuciones.
La conclusión de Leach acerca de la inestabilidad de las categorías identitarias, de su inconsistencia estructural está basada en un cambio cíclico finalmente, oscilando entre los distintos polos del sistema. El orden sería en última instancia la característica de su paradigma. La violencia sería la energía que mantendría el sistema en oscilación y cambio. Es difícil comprender en el escenario colombiano este mecanismo. Sin embargo, para Taussig la violencia es de dos tipos, una estructural y otra anárquica. Esto nos llevaría a pensar que la misma naturaleza de la violencia no proporcionaría el escenario adecuado para cambios ordenados como los que postula Leach.
Taussig concluiría que la ideología que han importado los administradores coloniales y las empresas extractoras han destruido la tradicional sociedad kachin basada en la reciprocidad, la igualdad y la democracia. La sociedad gumsa sería hija del colonialismo, una sociedad altamente jerarquizada para beneficio de los invasores. Los gumlao serían vistos por las autoridades de la misma forma que las pandillas del valle del Cauca, un peligro que hay que erradicar.
Hemos comprobado el diferente enfoque de los dos autores en cuanto al enfoque teórico y el método de recolección de datos. El estilo de escritura tampoco se queda atrás. El estilo distante de Leach desde su sillón le lleva a desarrollar un texto de carácter histórico, descriptivo y analítico, mientras que Taussig utiliza la narrativa, un texto novelado donde los diálogos, entradas de diario, las entrevistas, los párrafos de ficción o notas de periódico se mezclan. Este aspecto estilístico podría ser intercambiado perfectamente entre las dos etnografías, provocando un cambio importante en la percepción y el impacto emocional de las mismas.
Los autores aparecen en sus trabajos de forma muy diferentes. Vemos a un Leach que habla en primera persona, influenciado sin duda por su aislamiento, su separación de toda interacción interpersonal. Lanza sus premisas, propone una teoría que apoya en una serie de descripciones. Opina sobre ellas a la vez que son analizadas para extraer conclusiones de las supuestas pruebas que descubre. Esto le lleva a considerar correcta su teoría inicial, pero con reservas.
Taussig es protagonista, arte y parte de su narrativa. Aunque también está escrita en primera persona, no le falta la participación de otros protagonistas. Gusta describir, opinar, interpretar a la vez que padece, sufre y siente los devenires de su aventura.
Los dilemas éticos no aparecen en el texto de Leach, algo que no parece sorprender debido a las técnicas que utiliza. Taussig sin embargo, se pregunta si no estará él y sus informantes en peligro. Cuando se trabajan con personas, gobiernos o instituciones, siempre surgen estos dilemas. Taussig sin duda, en un supuesto viaje a Birmania, se hubiera enfrentado a no pocos de ellos.
A modo de conclusión
Este intercambio de objeto de estudio entre enfoques epistemológicos y metodológicos disímiles, ha servido para comprender que las técnicas de investigación están fuertemente influenciadas por los enfoques teóricos de los antropólogos y que los resultados podrían ser muy dispares. Este acontecimiento, de ninguna forma significa que sean opuestos, simplemente nos mostrarían diferentes aproximaciones a los problemas propuestos. Sin duda, uno de los aspectos que más influencia tiene sobre los resultados y que tiene que ver con esta aseveración, son las categorías analíticas que se proponen y que están en concordancia con el enfoque teórico de cada autor.
La metodología elegida es otro factor a tener en cuenta a la hora de realizar una etnografía. El intercambio de objeto nos ha servido para comprobar igualmente las dificultades o facilidades que en este sentido podrían haber tenido nuestros autores.
Bibliografía
Castillejo, Alejandro 2000. Poética de lo otro: para una antropología de la guerra, la soledad y el exilio interno en Colombia. Bogotá: Colciencias.
Girard, René 1973. «Levi-Strauss, Frye, Derrida and Shakespearean Criticism», Diacritics, vol. 3, nº 3 (Autumn, 1973): 34-38.
Gutiérrez Sanín Francisco. “¿Ciudadanos en armas?” En: Jaime Arocha y Otros. Las violencias: inclusión creciente. Bogotá, Centro de Estudios Sociales (CES), 1998, p. 200. Del mismo autor: “Territorio y violencia en las ciudades colombianas”. Mímeo, 1998, p. 194
Leach, Edmund 1954. Political systems of highland Burma: A study of Kachin social structure Cambridge: Harvard University Press.
Marx, Carl y Engels, Friedrich 1996. El Manifiesto Comunista. Madrid: Fundación Federico Engels.
Taussig, Michael 1993. El diablo y el fetichismo de la mercancía en Sudamérica. México: Nueva Imagen.
Taussig, Michael 2003. Law in a Lawless Land: Diary of a Limpieza in Colombia. Chicago: University of Chicago Press.